Ideas sobre la visibilidad e invisibilidad
Ana García Alarcón
Vivimos en un mundo repleto de imágenes, que nos saturan con sus mensajes visuales e inundan cada rincón de nuestra iconosfera. Nos proponen diálogos, formas de vida y hábitos de comportamiento hegemónicos en concordancia con los cánones de nuestro tiempo. Esta sobresaturación genera que lo visible pueda volverse invisible, que nuestros ojos y sobre todo nuestra mente esté entrenada para eliminar inconscientemente parte de esta información visual que recibimos y procesar otra pero, ¿cómo sabemos que lo que estamos procesando es lo que realmente queremos asimilar e incorporar a nuestro imaginario?
Siempre me ha interesado esta doble cuestión entre visibilidad e invisibilidad. Cómo un objeto completamente visible puede tornarse invisible, cómo el sistema mediante sus estrategias lo camufla y, sobre todo, cómo otras veces es la ceguera del sujeto la responsable de hacerlo desaparecer.
John Carpenter en la película Están vivos de 1988 nos muestra unos ciudadanos que no quieren ponerse “las gafas”, unas gafas que les ofrecen poder ver la verdad, la realidad. En ocasiones preferimos vivir en la mentira porque nos gusta nuestra vida de placer y de consumo, y el salir de ella supone algo doloroso a lo que no estamos dispuestos a renunciar. Žižek utiliza esta metáfora para hablarnos de la perversión de la ideología, algo que se puede extrapolar a la invisibilidad a la que nos referimos, que no siembre es consecuencia del propio objeto sino que es fruto del sujeto y de su ceguera, de una ceguera intencionada.
Si nos adentramos en parámetros de realidad o ficción podemos hacerlo cuestionando cada concepto, desde dónde se articulan y cómo se configuran. Entendemos la realidad como una verdad, como —según la RAE— una “existencia real y efectiva de algo”, como algo que está “en contraposición con lo fantástico e ilusorio”.
Habitamos un sistema de las apariencias en el que de forma continuada, se crea una frontera difusa, que funciona como una línea del horizonte, en la que en ocasiones dudamos entre nuestros intereses personales y los que el sistema nos ofrece y nos vende a modo de modelos hegemónicos articulados perfectamente a través de los medios de comunicación y la publicidad. Partimos de la conciencia de que formamos parte de un mundo teledirigido que es capaz de distorsionar conceptos perceptibles y hacernos dudar entre lo que es real y lo que no lo es, entre lo que se torna utopía y, sin embargo, puede ser el futuro.
En este sentido, tomamos este aspecto como punto de partida para incidir en la cuestión de cómo desde la cultura se generan imaginarios de resistencia en busca de proponer soluciones o vías que nos ayuden a entender nuestro contexto, que nos inviten a pensar sobre él y a tomar nuestras propias decisiones.
Son muchas las propuestas artísticas y culturales que buscan dar visibilidad a problemáticas que permanecen invisibles, episodios de nuestro contexto que requieren ser mostrados o revisados para invitarnos a reflexionar sobre ellos. Estos trabajos que persiguen propiciar una visión intensa de la realidad, nos invitan a repensar nuestro contexto y a generar nuevas miradas sobre el presente, pero también sobre el pasado. Aquí, el artista trabaja como un investigador que mira a otro tiempo y rescata imaginarios e historias pasadas para retomarlas desde el presente arrojando luz sobre sucesos que necesitan una revisión urgente1.
Este arte que intenta establecer y (re)construir parámetros de la realidad se muestra en unas obras “realistas” que, según Nicolas Bourriaud, “levantan velos ideológicos que los aparatos de poder instalan sobre el mecanismo de expulsión y sus vertederos”2.
Este tipo de proyectos que buscan invitarnos a pensar, a reunirnos y a debatir sobre estas cuestiones, son los que se hacen absolutamente necesarios hoy en día. Son propuestas concebidas desde el compromiso y la responsabilidad que supone formar parte de cada contexto.
1 HERNÁNDEZ NAVARRO, Miguel Á. (2012) Materializar el pasado. El artista como historiador (benjaminiano).
2
BOURRIAUD, Nicolas. (2015). La exoforma.