This is not a SoHo: el arte y la cultura en contextos urbanos precarios

El arte y la cultura como generadores de imagen de ciudad

Ohiane Sánchez

Versión abreviada de comunicación para el I Congreso Internacional  Prekariart. Trabajo en arte contemporáneo: precariedad y alternativas. UPV/EHU, Bilbao 25-26 enero 2018
Imágen Not a Soho

El paso de una economía principalmente basada en la industria a un modelo de ciudad cultural y de servicios es común a numerosas ciudades occidentales desindustrializadas que han asumido una serie de nociones ligadas a lo social y cultural como motor de regeneración económica.

Bilbao es, sin duda, un ejemplo totalmente paradigmático de la recuperación de una ciudad industrial totalmente en declive. La crisis del sector que sobreviene en los años 70, con la consiguiente reconversión industrial y la posterior desindustrialización que culmina en 1984, dejaba un paisaje repleto de ruinas desde el centro de la ciudad hasta su área metropolitana; la construcción del museo Guggenheim en 1991 supuso una pieza clave a la hora de recuperar un espacio degradado pero céntrico, y de favorecer un proceso estratégico de renovación y estetización urbana de las áreas colindantes: Bilbao no sólo necesitaba recuperarse económicamente, sino también proyectar una nueva imagen de sí misma tanto hacia sus habitantes, como hacia el panorama universal.

A tal efecto, el Guggenheim ha supuesto un dispositivo que ha cambiado los significados del espacio en el que se ubica, que crea imagen y legitimación política, dotando de visibilidad e identidad tanto una zona como una ciudad en general. De hecho, Iñaki Esteban apunta a un fenómeno social que instrumentaliza el ámbito de la cultura; la función de este museo como de las macro-estructuras y contenedores culturales espectaculares estriba “en comunicar el nuevo estatus de la ciudad y su atractivo como destino para la clientela foránea 1”.

Así, la cultura pasa a formar parte de una clara estrategia de creación de una marca de ciudad que dará paso a procesos de transformación estrechamente ligados con la elitización de espacios urbanos concretos. El patrimonio, las infraestructuras culturales y el ocio es una de las variantes que el profesor Checa-Artasu identifica como activadora de los procesos de gentrificación: en esta nueva escena, proliferan proyectos arquitectónicos icónicos, los arquitectos-estrella y mega-eventos internacionales que operan como propaganda y marketing urbano, favoreciendo la creación de imagen de ciudad con el propósito de atraer tanto a inversores como consumidores, asentando una nueva fase en el crecimiento económico de las ciudades. Como concreta Checa-Artasu en relación a Zukin, “tanto es así, que la mayoría de los procesos de gentrificación, el capital cultural mantiene unos circuitos que se imbrican perfectamente con las dinámicas del capital económico 2”.

La referencia al SoHo de Nueva York es recurrente a la hora de señalar espacios urbanos concretos anteriormente degradados que han experimentado una considerable revalorización a través del fenómeno recientemente descrito. Lauzirika y Rodríguez señalan que “en la década de los 70, muchas ciudades miraban al Soho neoyorquino como espejo en el que mirarse como un ejemplo de regeneración gracias al arte, la cultura, la creatividad y las “clases creativas”. En el proceso de regeneración de economías en declive, la cultura y con ella el arte se habían instaurado como “fuerza expedicionaria para la gentrificación de la ciudad central”.

Tal es el caso del barrio de Bilbao La Vieja que nos ocupa, también conocido como “SoHo bilbaíno” según la prensa local: una zona deprimida pero céntrica, señalada por los órganos gestores de la ciudad como una “área de oportunidades” cuya transformación ha estado estrechamente vinculada a la cultura (la comunidad artística) y los comercios y servicios especializados que se vienen estableciendo en este mismo lugar desde la década de los 90. Según Checa-Artasu, “los servicios que para ellos se generan servirán de punta de lanza del proceso de gentrificación obviando la realidad urbana existente y la evolución de la misma, que paulatinamente es defenestrada en aras de la creación de una imagen periclitada y supuestamente deseada tanto por turistas como por los nuevos residentes”.

This is not a SoHo: proyecto participativo para la protesta colectiva

En las ciudades occidentales en las que observamos este tipo de procesos, la gentrificación es a menudo protagonizada por “agentes críticos que proceden de unas clases medias cuyos emblemas terminan por incorporar a unos barrios tradicionalmente devaluados […] y esto ocurre incluso cuando los nuevos residentes muestran una sincera preocupación por el futuro de su población original 3”.

A la necesidad por parte de la comunidad artística de generar redes y espacios de intercambio comunes al margen de los circuitos artístico-culturales más normativizados de la ciudad debemos añadir que, desde la última década del siglo XX,

[…] se ha generado una red relativamente amplia de prácticas artísticas social y políticamente articuladas. Prácticas que se podrían caracterizar por el cuidado que ponen en la contextualización productiva y política de su trabajo y que, por ello mismo, suelen exceder el marco de concepción, producción y distribución acotado para el arte en la alta cultura moderna 4.

Así, emergen numerosas iniciativas desde la práctica artística que cuentan con un marcado componente social que, bien a través de un espacio o sin él, asumen el contexto socio-cultural específico del lugar como parte integral de su práctica, y no como “un mero aderezo de orden sociológico” según Jordi Claramonte.

En estrecha relación al caso que nos ocupa, ello hace que diferentes colectivos, compuestos por artistas u operando conjuntamente con otros grupos sociales de la zona (como las asociaciones vecinales), se aúnen en protesta frente a los procesos especulativos comentados. Colectivos como Left Hand Rotation (LHR), Todo por la Praxis (TXP) o DosJotas (JJ) (por citar algunos ejemplos cercanos que han trabajado en torno a este tema) han denunciado y enfrentado diversas situaciones de gentrificación en distintas ciudades del globo. Como en el caso del colectivo LHR, quienes han desarrollado proyectos en países como México, Brasil, Colombia, Portugal y Alemania. Entre los ejemplos más cercanos, cabe destacar los proyectos desarrollados en Valencia, Murcia, Madrid o Bilbao. En este último caso, en diciembre de 2010 se imparte el taller “Gentrificación no es nombre de señora” dentro de las jornadas Akme (Artea, Kultura, Media), organizadas desde la facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU. Tal y como señala el colectivo, la citada ciudad es un “ejemplo paradigmático de la aplicación de los principios de la economía creativa y la ciudad marca, Bilbao inicia a finales de los noventa un proceso de regeneración urbana en la que lo cultural juega un importante papel en la estrategia de capitalización simbólica de la ciudad.”: el conocido “efecto Guggenheim” parece haber llegado a uno de los barrios degradados pero de los más céntricos de la Villa: Bilbao La Vieja, en el que se está dando un claro proceso de gentrificación. Left Hand Rotation lo describe así:

Originalmente barrio de rentas bajas e inmigración, con un cierto abandono por parte del poder público. Las nuevas políticas de la ciudad convierten al barrio en un caramelo para el mercado inmobiliario, y la especulación se estimula desde el Ayuntamiento a través de actividades culturales. Las clases más vulnerables económicamente ven peligrar su permanencia en el barrio, ante la inminente subida de precios de los alquileres, como consecuencia del aumento de la demanda de la clase creativa por residir en el barrio, ahora estetizado bajo etiquetas como bohemio o multicultural.

En colaboración con los participantes del taller, se recogieron testimonios de anteriores vecinos que habían residido en Bilbao La Vieja, y se imprimieron sobre una imitación de las placas oficiales de la ciudad destinadas a señalar hechos, edificios, escenarios o sucesos históricos. Las placas fueron instaladas en diferentes puntos de Bilbao La Vieja, como conmemoración de aquellas personas que un día se vieron obligadas a abandonar este lugar.

El proyecto participativo This is not a SoHo (esto no es un SoHo) que se describe a continuación, alude precisamente a la elitización de espacios urbanos concretos a través de la apropiación de ideas relacionadas a lo cultural, lo alternativo, lo exótico o lo marginal, como si se trataran de los ingredientes que pueden ofrecer la configuración de experiencias exclusivas dentro de la ciudad contemporánea.

El objetivo principal de esta propuesta es señalar los procesos de resignificación que se dan en el espacio urbano de Bilbao La Vieja, trasladando una protesta en torno a la instrumentalización de su propio tejido socio-cultural, y en el que identificamos dos elementos clave intrínsecos al mismo: por una parte, la propia comunidad artística, y por otro lado, la pluralidad de colectivos de diferentes culturas y orígenes que residen y/o trabajan aquí. Como hemos visto, en ambos casos, tanto el valor simbólico de la cultura como la multiculturalidad suponen un aliciente que dota de especificidad la zona.

Para ello, se llevan a cabo una serie de encuentros entre diciembre de 2017 y enero de 2018 reuniendo un grupo de personas con cierta vinculación al barrio, bien porque residen o trabajan en el mismo, bien porque lo visitan con frecuencia por diversos motivos y comparten una clara preocupación por la situación que se detecta en éste. La primera reunión informativa tiene lugar el 11 de diciembre, durante la cual se presenta el proyecto y se propone formar un grupo de actuación colectiva desde lo artístico, lo social y lo político frente al proceso descrito. Durante los encuentros sucesivos se definen conjuntamente las características de dicho grupo, fundamentalmente abierto independientemente del origen, formación, ocupación profesional, etc. de sus integrantes: no exclusivamente promovido por artistas y para artistas y agentes culturales, sino accesible a todas aquellas personas, colectivos, etc. que de una manera u otra se sientan afectados. Para Claramonte, se trata con ello de sostener y destacar que el arte de contexto supone una ampliación clarísima de la base productiva de las prácticas. La autoría de las prácticas social y políticamente articuladas se desplaza definitivamente hacia un procomún constituido por miríadas de tramas relacionales, de lógicas distributivas de la percepción y la organización relacional y comunicativa…

A tal efecto, no se trata de caer en los peligros, como señala este mismo autor, propios del arte de contexto de resolver dicha problemática “haciendo uso de un utillaje exclusivamente sociológico”, sino que con ello se pretende evitar una de las consecuencias más habituales de la actuación en estos barrios que ya sea desde la promoción económica de la ciudad, desde las propias instituciones o debido a la acción particular de individuos como señalan Sorando y Ardura, que es la puesta en marcha de iniciativas que de una forma u otra dejan una huella en el paisaje. Por este motivo, y si bien surgen diversas propuestas de actuación en el transcurso de los encuentros realizados, se acuerda no producir o llevar a cabo acciones en el espacio público que pudieran apoyar la imagen estetizada que se proyecta en relación al barrio.

De este modo, en la quinta sesión convocada el 11 de enero de 2018, se describen y enumeran los pasos a seguir a corto plazo y concretamos uno de los principales retos del grupo: llevar a cabo un mayor conocimiento del tejido socio-cultural de Bilbao La Vieja, a fin de mitigar la brecha existente entre los distintos colectivos y asumir el contexto como una parte intrínseca de las acciones a llevar a cabo. Así, se plantea uno de los principales interrogantes: ¿existe realmente una preocupación (y constatación) común por las consecuencias inherentes a los procesos de gentrificación devenidas de la creación de una nueva imagen de este espacio urbano? ¿Qué otras problemáticas se detectan y qué reivindicaciones se exponen para la mejora de las condiciones del lugar? Ello nos lleva a plantear una metodología que nos impulse a conectar con las comunidades que residen y/o trabajan en Bilbao La Vieja, superando nuestros propios canales de comunicación y así poder elaborar una propuesta (y protesta) colectiva.

Cabe destacar que esta propuesta nace de la estrecha relación entre investigación y práctica artística. Investigación que, por otro lado, no puede escindirse del contexto situacional, siendo necesario el paso a la acción así como asumir, citando a Claramonte, “la dimensión esencial y constitutivamente social y relacional que caracteriza al arte de contexto que nos interesa”. Por este motivo, se trata de una propuesta artística abierta y extendida en el tiempo, que apela a la implicación personal de sus integrantes para su desarrollo y cuyas bases se han ido asentando durante los encuentros realizados los últimos meses.

Así, habiendo analizado cómo el arte y la cultura suponen motores de regeneración económica y parte integral de la creación de una marca de ciudad, asistimos a un hecho de carácter global, que apunta a la transformación de los espacios urbanos de las ciudades occidentales desindustrializadas en parques temáticos culturales como síntoma del capitalismo contemporáneo.

Constatamos entonces el empleo de la cultura y con ella el arte y la comunidad artística como un recurso que genera un valor añadido en dicha estrategia Ya sea mediante la instalación de grandes equipamientos e infraestructuras culturales o a través de esa otra capa del ámbito artístico-cultural que opta por canales de producción y difusión menos normativos. Tanto en el primer caso como especialmente en el segundo, esto genera cierta nueva identidad en relación a espacios concretos que influye en la percepción de los mismos, lo que lleva a resignificar estos lugares mediante atractivas etiquetas ligadas al hecho cultural (como el caso en el que nos hemos centrado, pudiendo hablar de la sohotización de territorios urbanos específicos), cuyas características y expresiones pasan a convertirse en un producto de consumo homogeneizado dentro de la ciudad global.

En definitiva, lo cultural pasa a configurarse como un instrumento

[…] tanto al servicio de la legitimación simbólica de las instituciones políticas de la ciudad como de la promoción mercadotécnica de sus singularidades estéticas de cara a promotores inmobiliarios, clases medias ávidas de nuevos y viejos “sabores locales” y al turismo de masas, todo ello en un contexto generalizado de reapropiación capitalista de las metrópolis y de conversión de éstas en mero producto de y para el consumo 5.

Mientras que el arte y la cultura pasan a sobreentenderse como un mero espectáculo en la apuesta de las instituciones locales por un modelo de servicios basado en la cultura, y no como un bien en sí mismo, la comunidad artística local, como describen, Lauzirika y Rodríguez “arrastra una situación de precariedad a la que no se da una solución eficaz, pero […] aunque parezca una contradicción es considerada fundamental en la regeneración económica de nuestro entorno”. A pesar de la gran labor y aportación constante en el ámbito cultural de Bilbao y de la capacidad de generatividad de propuestas e iniciativas artístico-culturales, no son muchas las garantías para su perdurabilidad: la voluntad de permanencia de muchas de ellas exige una potente implicación personal, una gran inversión de tiempo que excede habitualmente las horas laborales estipuladas y además una notable inversión de recursos personales.

Frente a ello, la propuesta This is not a SoHo descrita se articula como una herramienta de resistencia en torno a aquellos mecanismos que instrumentalizan el ámbito, precarizándolo, pues se trata de

[…] inventar nuevos conjuntos, relaciones posibles entre unidades diferenciadas, construcciones de alianzas entre diferentes actores […] se pretende crear modus vivendi que posibiliten relaciones sociales más justas, modos de vida más densos, combinaciones de existencia múltiples y fecundas. Y el arte ya no busca representar utopías, sino construir espacios concretos.


1 Esteban, I. (2007) El Efecto Guggenheim. Del Espacio Basura al Ornamento.

2 Checa-Artasu, MM. (2011). “Gentrificación y cultura, algunas reflexiones”.

3 Sorando, D. y Ardura, Á. (2016) First we take Manhattan. La destrucción creativa de las ciudades.

4 Claramonte, J. (2010) Arte de Contexto.

5 Delgado, M. (2011) El espacio público como ideología.

6 Bourriaud, N. (2008) Estética relacional.

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